Es mejor dejar las reparaciones y ajustes grandes para los expertos. Pero hay muchas cosas que puedes hacer para mantener tu instrumento en las mejores condiciones posibles: limpiarlo, cambiar cuerdas, poner derecho el puente, localizar ruidos y mucho más.

La resina del arco cae sobre el violín convertida en polvo. Merece la pena limpiarla con un paño suave cada vez que terminas de tocar. Un paño de algodón puede servir: una camiseta vieja sin dibujo, o un paño de cocina. Ten cuidado con las astillas de los bordes, especialmente con los instrumentos viejos. Y no te olvides de limpiar también el arco.

Diapasón y cuerdas

Es mejor usar un paño diferente para el mango, las cuerdas y el diapasón. Frota las cuerdas con el paño y mételo entre éstas y el diapasón. Un paño de algodón está bien, pero algunos violinistas prefieren la seda. Una vez que has limpiado el violín, colócalo en el estuche.

Prevenir el desgaste

Las cuerdas durarán más si te lavas las manos antes de tocar, y el violín se mantendrá más limpio si lo tocas por el mango y la zona de la barbada.

Limpiadores

Todos los violines necesitan atención extra de vez en cuando, incluso si habitualmente eres muy cuidadoso. La tapa puede ponerse pegajosa y perder brillo, sobre todo entre las f, donde acaba cayendo toda la resina. Puedes quitar el exceso de resina con un limpiador especial. Algunos limpiadores también enceran y quitan los rayones pequeños. Hay paños especiales con cera. En casi todos los violines es posible quitar el polvo y la suciedad superficial con un paño húmedo. Asegúrate de que no tocas las cuerdas.

EL MEJOR LIMPIADOR

El limpiador más adecuado depende en parte del barniz del violín. Cuando compras o alquilas un instrumento, pregunta siempre cuál puedes usar.

NUNCA

Nunca utilices limpiadores normales de la casa. Cuando limpies el violín, evita tocar cualquier zona en la que haya algún daño.

EL DIAPASÓN

Puedes hacer una limpieza especial del diapasón frotándolo con un paño ligeramente humedecido en alcohol metílico. Para asegurarte de que no se daña el barniz, mantén la botella de alcohol a una distancia prudente y no dejes que el paño roce la caja. Para mayor seguridad coloca sobre ella otro paño seco.

Limpiar las cuerdas

Es buena idea limpiar los residuos de resina de vez en cuando. Frota las cuerdas con un paño varias veces, desde la cejilla al puente. No las empujes mucho y mantén una mano sobre ellas, porque pueden chirriar mucho. Un paño con alcohol también irá bien para las cuerdas, y puedes comprar limpiadores especiales. El aceite sólo se aplica a las cuerdas de tripa no entorchadas.

Interior del violín

Con el transcurso de los años, el polvo y la suciedad se cuelan inevitablemente dentro del violín. Para sacarlos, introduce medio puñado de arroz seco y crudo y agítalo cuidadosamente hacia delante y hacia atrás. Pon el violín hacia abajo y deja que caiga el arroz. La mayor parte del polvo saldrá con él.

Comprobaciones

Debes inspeccionar regularmente el violín, para ver si hay astillas u otros daños menores. lComprueba también que la barbada está bien colocada y que la parte blanda de la almohadilla no está desgarrada.

Llevar el violín a un experto

En algunas ocasiones tendrás que llevar el violín a un experto. Por ejemplo, cuando necesita una limpieza más profunda, cuando hay manchas que no se van, o no puedes limpiar bien el mango, o el barniz se está apagando mucho (en la caja, bajo las cuerdas, o en la zona donde lo tocas con la mano derecha). Aunque todo vaya bien, muchos violinistas hacen una revisión una vez al año, para mayor seguridad.

Plástico protector

Si tu sudor es muy ácido, puede dañar el barniz e incluso la madera del aro, en la zona en que lo tocas con la mano izquierda. ¿Solución? Coloca una tira de plástico adhesivo. A algunas personas les horroriza la idea, otras la consideran simplemente práctica.

Cómo limpiar el arco

Las cerdas suelen ensuciarse cerca de la nuez. Puedes limpiarlas con un paño húmedo y caliente e incluso con un poco de jabón líquido. Los extremos de las cerdas se sujetan con pequeñas cuñas: asegúrate de que no los mojas.

Cerdas demasiado lisas

Si tienes que poner resina cada vez más a menudo, es posible que se deba a un exceso de residuos de resina, que alisa mucho las cerdas. Puedes limpiarlas tú mismo con un paño y un limpiador con alcohol al 70%, pero es mejor que te lo haga un experto. El alcohol puede dañar la vara y es posible que sólo consigas pegar las cerdas entre sí cada vez más. Un luthier decidirá si la cerdas se pueden limpiar o es mejor cambiarlas.

Fuente: Guía Mundimúsica de Violín y Viola. Hugo Pinksterboer. Mundimúsica ediciones.