Alguno se extrañará de que Deviolines acoja música muy poco relacionada con el arte de frotar cuerdas. Sencillamente adoro a Van Morrison, y no puedo dejar de escribir al menos un artículo sobre su música. ¡Y en Cyprus Avenue suena un cuarteto de cuerda! muy a pesar del propio Morrison, al menos al principio, pero en mi opinión, su inclusión, decisión del arreglista Larry Fallon, es un maravilloso acierto. Y probablemente para el gruñón Van también, ya que contó con este formato de acompañamiento en posteriores actuaciones en directo.

«Cyprus Avenue» es una composición de blues de tres acordes y sirvió durante muchos años como la canción de cierre de la mayoría de los shows en vivo de Morrison. Junto con «Madame George», es la pieza central del álbum y ambas canciones están relacionadas con Belfast y son muy impresionistas. La canción está contada desde el punto de vista de un forastero que observa desde el interior de un automóvil y se enreda cuando aparece la refinada colegiala con la que fantasea y él la imagina como una bella dama con «cintas de arco iris en el pelo» en un carruaje tirado. por seis caballos blancos y «regresando de una feria». Van Morrison describió la avenida Chipre como «una calle en Belfast, un lugar donde hay mucha riqueza. No estaba lejos de donde me crié y era una escena muy diferente. Para mí, era un lugar muy místico. era toda una avenida bordeada de árboles y encontré un lugar donde podía pensar

Astral Weeks es para mucha gente uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos, aunque nunca llegó a estar muy arriba en las listas. Para el historiador musical Andrew Ford  «su sofistificación musical y su escaso éxito comercial lo asemejan a la música clásica: ni inmediata ni evanescente.»  Y el caso es que la forma en que se materializó no presagiaba que de ahí pudiera nacer nada muy redondo, porque la grabación se realizó en tres caóticos días en los que Morrison se encerró con unos cuantos músicos de sesión con experiencia en jazz a los que no conocía de nada (ni tampoco se conocían entre sí) y a quienes no se les suministró ningún tipo de partitura ni material. Simplemente les tocó un par de veces a la guitarra las ideas de sus canciones y el resto surgió de la improvisación del momento.

Con esos mimbres tan precarios la creatividad personal cobró un importancia capital, y la libertad individual con la que cada músico resolvía su parte hizo surgir un milagro hecho de rock, soul, blues, folk, jazz e incluso algunos aromas de guitarra flamenca, ya que cada uno descargaba sus propias intuiciones e influencias como respuesta a la siempre poderosa voz y las simples y contundentes ideas de las canciones de Van.

No estoy seguro de que esta forma de trabajar descontrolada y caótica pueda funcionar, pero cuando lo hace, (y desde luego, si alguien puede hacerlo es un músico de jazz) el resultado a veces es maravilloso. Algo de ese espíritu se puede ver en la actuación del vídeo que acompaña con los músicos fumando mientras cantan/tocan, ríen, fuman, beben, gastan bromas, dejando a una niña participar (parece ser que es la hija del propio Van)…

Más adelante, como comenté al principio, el arreglista tomó la decisión de incluir a instrumentistas de cuerda frotada (con algunos solos de violín realmente bonitos e inspirados) que redondearon el disco.

He estado intentando encontrar a los violinistas que participan en el disco (que creo que no son los mismos que aparecen en la actuación) y sólo he conseguido que alguien me chive los nombres de Nancy Ellis en la viola, y Tom Halpin y Tim Kovatch al violín. Nombres que no conozco y que probablemente nunca se llevaron un gran crédito de su trabajo (como tantos otros músicos de sesión). Pero son geniales y la versión grabada ofrece una muestra maravillosa de su buen hacer y sus improvisaciones:

En 2008 Van Morrison revisitó Astral Weeks y sí, esta vez ya no podían faltar las cuerdas frotadas. El resultado es impecable pero la creatividad ya estaba maniatada, solo comparad esta versión con la que se escucha en la versión de Spotify.

Fuentes: